Más allá del escenario: La vida de sacrificio y fe de Alfredo Hernández en el Viacrucis

En la colonia Juárez, la temporada de Semana Santa trae consigo la representación anual del Viacrucis, un evento profundamente arraigado en la tradición católica en Morelia. Alfredo Hernández Calderón es una parte fundamental del Viacrucis en esta colonia, ya que por cuarta ocasión interpreta a Jesús. La conexión que tiene con el papel es muy íntima y va más allá de la actuación: es un tributo a su abuelo y una expresión de su profunda fe.

Desde los 12 años, Alfredo ha participado en el Viacrucis, desempeñando diversos roles, desde soldado hasta interpretar a Judas. Sin embargo, fue cuando representó a Gestas que todo empezó a perfilarse para el papel de Jesús.

Hernández recuerda la gran influencia que su abuelo tuvo en él para obtener dicho papel. Al verlo cargar la cruz cuando interpretó a Gestas, su abuelo hizo hincapié en que debía representar a Jesús. “Era su pasión que yo interpretara a Jesús”, dijo Alfredo.

A pesar de que su abuelo falleció un año antes de que pudiera interpretar el papel que ambos ya anhelaban, Alfredo lo recuerda en cada momento del Viacrucis. Cada paso que da está vinculado al cariño y al anhelo de su abuelo por ver a su nieto en el papel de Jesús.

Otro aspecto que disfruta Alfredo de su interpretación es el acercamiento que tiene la gente con él. Señala con alegría uno de los momentos que lo inspiran a seguir interpretando a Jesús: en una de las ocasiones en que Jesús cae durante el Viacrucis, una niña se le acercó a abrazarlo y pedir por su mamá.

Para él y los demás organizadores, este es el resultado de lograr transmitir lo que Jesús vivió.

Sin embargo, su madre es una de las personas que se preocupa por la salud de Alfredo ante el realismo de dichas interpretaciones. En una ocasión, incluso tuvieron que ponerle un par de puntadas en la cabeza. Aun así, ella, junto con el padre de Alfredo y sus tres hijos, nunca faltan a ver su actuación.

Además, siendo de oficio panadero, Alfredo enfrenta largas jornadas y sacrificios durante la temporada de ensayos, llegando a dormir apenas cuatro horas diarias para cumplir con sus responsabilidades laborales.

Con cada representación, Alfredo no solo honra la memoria de su abuelo, sino que también lleva consigo el amor y el apoyo de su familia, así como la devoción de toda la comunidad que lo admira por su entrega y dedicación al papel de Jesús en el Viacrucis.

Fotos y texto: Juan Carlos Arreygue/Contraluz