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19 abril, 2025

“Es como caminar con ella en su dolor”: Jessica Yunuen Gallardo Camarena y su devoción en la Procesión del Silencio

Morelia, Michoacán.– Jessica Yunuen Gallardo Camarena, de 44 años, siempre la conmovió la solemnidad de la Procesión del Silencio. Año con año la observaba desde las banquetas del centro histórico de Morelia, hasta que un día, tras la pandemia, decidió que ya no quería ser sólo espectadora.

“Le pedí a un amigo que me ayudara a entrar. Él me conectó con la directora del grupo de la Virgen de la Soledad, y así comencé a participar. Desde entonces, cada Viernes Santo camino con ella”.

Desde hace cuatro años forma parte del contingente femenino que acompaña a la imagen de la Virgen de la Soledad, una de las más veneradas en esta tradición. Vestida de riguroso luto, con peineta y mantilla española, vestido negro largo y rosario entre las manos, Jessica camina en silencio por las calles del centro, entre el sonido de tambores y cantos que rasgan el alma.

“Es como ver pasar a Dios”, dice. “Sientes un vacío, una tristeza profunda. Y al mismo tiempo una conexión muy fuerte con la fe. Es como caminar con ella en su dolor”.

El recorrido comienza en el templo de San Diego, ubicado frente a Las Tarascas. De ahí parte la procesión por toda la Avenida Madero. A lo largo del camino, hay varios puntos de pausa donde le cantan a la Virgen, y el trayecto culmina en el templo de Capuchinas, donde la imagen es resguardada hasta el próximo año.

Aunque Jessica no carga directamente la imagen (area asignada a los hombres), ha sido portadora de símbolos clave del Viernes Santo: los clavos, la corona de espinas, los estandartes. “Todo se asigna con respeto. No hay discusión, todas nos apoyamos, es una hermandad muy bonita”, asegura.

El momento más emotivo, para Jessica, llega al final. “Cuando la dejas en Capuchinas, es como entregarla de nuevo. La virgen es muy milagrosa que hasta la cera que cae de las velas, la gente lo guarda y con el tiempo prenden esa cera pidiéndole a la virgen un milagro. Hay una energía muy especial”.

Jessica recomienda vivir esta experiencia: “Sí. Así como a mí me ayudaron a entrar, yo también invitaría a quien tenga fe y ganas de vivirlo. No necesitas tener un gran nivel de religiosidad, sólo respeto y devoción. Es algo que de verdad te transforma”.

Fotos: Félix Madrigal / ACG.